De interés. Publicado el 31 julio, 2025

Por;  Alexis Almonte 

En estos tiempos de la post verdad es en la comunicación un elemento particularmente nocivo y contaminante el empleo como armas de la mentira y el montaje con el propósito deliberado de manipular el público a través del engaño.

Son recursos amorales de gente carente de vergüenza y principios que creen y practican la lógica ominosa de que “el fin justifica los medios”.

Quienes se deslizan por tan resbaladiza pendiente buscan influencias, ganancia de causa y adherentes mediante la burda difusión de falsedades.

Es lo que hacen en el actual proceso eleccionario del CDP los autollamados “líderes históricos”, representantes de la facción minoritaria del  Movimiento Marcelino Vega. 

Me refiero a los mismos que, en aras de seguir medrando como poder detrás del trono, promueven un extraño invento fundamentado en adláteres e incondicionales.

Hablo de los que, después de sabotear todo el proceso que debió ser de sana competencia en un marco de igualdad, les cerraron el paso a la otra parte contestataria y su propuesta de cambio y transformación en nuestra institución 

En su afán de manipulación y engaño, los vemos chapotear en el lodo de sus burdas inventivas, como esta de presentar personaje prominente dizque endosándole apoyo.

Su dinámica manipuladora es del modo siguiente: llaman al personaje, les presentan su malhadado invento objetivizado en candidatos pocos conocidos y de pésima calidad y requieren de su apoyo.

Por mero desconocimiento del creciente movimiento en pos de cambio y transformación para un mejor CDP, algunos resultan engañados, para luego reaccionar indignados por el irrespeto de ser utilizado con fines meramente propagandísticos en base a malas artes y argucias.

Eso al menos ha pasado en los casos de los mellizos Cabrera Vásquez, de San Pedro de Macorís, Marino Mendoza y Domingo Batista.

Tratando en vano de cerrarle el paso a la nueva corriente de cambio y transformación, articularon los denominados “líderes históricos” la plancha de incondicionales que promueven. Algo así como el “loco invento” señalado por la novelista inglesa Mary Shelley en alusión a Frankenstein  

Como los tres mosqueteros de Dumas en su famosa obra, los “líderes históricos se confabulan en su empeño de seguir al frente del CDP a través de sellos gomígrafos, de títeres e incondicionales, insistiendo en su ofensiva contra el cambio, con el consabido lema de ¡ todos para uno y uno para todos!